miércoles, 28 de septiembre de 2011

AL RICO PIMIENTO

Huerta de Martín. Al fondo vista de Cerezo.
El mes de septiembre tiene un algo muy especial en la vida del pueblo. Es la época de recoger uno de nuestros mejores dones: el pimiento, mejor dicho dos, ya que el guindillón no le sigue a la zaga, y para los que nos gusta el picante, que somos casi todos, no hay mayor delicia.
Foto de Miguel, exfraile holandés. La Madalena asando pimientos. Ésta sí que aguanta bien el calor.
El sábado pasado me tocó, como a uno de tantos, asar  pimientos: 60 kilos nadad menos entre los pimientos comprados, los de la huerta de mi suegro y unos 20 kilos de guindillones también de la huerta. 
Nosotros asamos con el método tradicional: un bidón convertido en un horno de lo más aparente. A mí me toca la labor de fogonero. Dirán lo que quieran de el calor, pero tanto sofocón no puede ser bueno,  se está mucho mejor a la fresquita, aunque como es natural el que algo quiere algo le cuesta. Así que entre vuelta y vuelta y la leña que no falte, se van asando los pimientos poco a poco.
Pimientos escurriendo y Santiago haciendo tiras

Marce limpiando botes.
Martín pelando tomates para cocer.
Terminados de asar toca pelar, así que uno a uno se quita bien la piel y se tiran las pipas.Se da otro repasito para dejarles bien limpios, se dejan un tiempo a escurrir para que quede el menor agua posible, y toca hacer tiras. Los pimientos dulces no presentan mayores problemas, pero con lo guindillones conviene ponerse guantes porque sino, con todo lo que pican te arden las manos y no se te quita el picor en un par de días.
Santiago llenando botes

Se llenan los botes y bien apretados para que no entre aire se colocan en el bidón, se cubren de agua y se pone el bidón en el fuego para cocerse. En cuanto hierve el agua, 20 minutitos y ya están listos. En cuanto se enfrían los frascos  a guardar y a comer cuando bien venga.
Cociendo los botes. Al fondo vista del pueblo desde la era.

Aunque es trabajoso el resultado final merece la pena. Y también es buena ocasión para asar unas patatas en las ascuas y comerte unas chuletitas asadas que ayuda a hacer más llevadera la faena.
La mayoría del pueblo hacemos los pimientos de la misma manera aunque otros los asan con aparatos que funcionan con butano, y otros tiene la opción de ir a algún pimentonero que te les dan asados y también, por supuesto, les puedes comprar embotados y así te ahorras todo el trabajo.
Lo cierto es que esta zona de la Ribera del Tirón produce pimientos a discreción, tanto en Cerezo, donde Pepe siembra una hermosa pieza, como en Tormantos y en Leiva se producen pimientos como para abastecer a media Rioja y medio Burgos.
Hermoso guindillón de la huerta cerezana. Comparativa del tamaño con unas tijeras de costura.

2 comentarios:

  1. HOLA GORI¡¡BUENA TAREA QUE HABEIS TENIDO,EL REPORTAJE MUY LOGRADO,TE LO DICE UNA QUE SABE DE ESTOS MENESTERES.SALUDOS,Y HASTA PRONTO.

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  2. Trabajo sí que dan, pero ricos, están ricos, ricos...

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