Andrea y Jorge durante la ceremonia |
27 de julio de 2024
El fin de semana pasado esatuve de boda. La celebración no fue por aquí cerca como la mayoria de las que he estado, esta vez me tocó viajar más lejos. Cambié el autobús o el coche por el avión, ya que tuve que ir nada menos que a Zagreb, capital de Croacia.Se casó mi sobrino Jorge, el cual lleva trabajando unos cuantos años en Bruselas. Allí conoció a Andrea, natural de Croacia, y tras un tiempo de noviazgo decidieron casarse. La boda oficial fue hace unas semanas en el Ayuntamiento de Bruselas en compañía del círculo familiar más cercano. Para el resto de familiares y amigos decidieron hacer una fiesta por todo lo alto en la tierra de la novia. Así que allí nos fuimos. El principio del viaje fue un poco accidentado por que nos pilló en el aeropuerto de Madrid la movida de los fallos de Microssof y se retrasó el viaje tres horas. Pero el resto salió todo estupendamente. La fiesta se hizo por la tarde en un entorno boscoso, en plena naturaleza. Después del recibimento de los invitados tuvo lugar una ceremonia dirigida por una de las amigas de los recién casados, discursos del padre de la novia y de Víctor en representación del novio, y por´último, acompañados de una ligera lluvia, los novios leyeron sus votos. El grupo de españoles, entre los que la mayoría no entendáimos apenas inglés, no nos enteramos de la misa la media, aunque suponemos que sería entretenido ya que los que lo entendían parecían pasarselo bien. Terminada la ceremonia, y como seguía lloviendo, pasamos al comedor donde, tras el baile de los novios, iniciamos la ronda de comidas y bebidas. Allí pudimos degustar platos del lugar junto a otros de cocina internacional, y eso sí, entre plato y plato nos echamos unos bailables. A medianoche paramos para que los novios cortasen la tarta y después música y baile hasta que aguantó el cuerpo.
Muy bien todo. Enhorabunean a los novios y familia.
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