COGIENDO MORAS EN QUINTANILLEJA

La cruz sin mácula encima de los morales

 

15 de agosto de 2023

Todos los años voy unas cuantas veces a Quintanilleja, así que la mañana de Nuestra Señora, aprovechando que mi hijo el mayor y su chica habían quedado para coger unas moras para hacer un par de botecitos de mermelada de mora bendecida, me cogí la bici y me fui para allá.

Es una pena que la subida a la pidera del martirio esté todo llena de matorrales y sea imposible acceder a la misma por las escaleras que hicieron en su día. Así que prácticamente nadie sabe que  está ahí. La repusieron el verano pasado. Pero la gente aún recuerda la costumbre de hacer una cruz con la primera mora que se coge e, ideosos ellos, pintan la cruz en el tablero donde en su día estaba la leyenda de los morales. Buena idea, aunque lo ideal sería hacerlo en la piedra como mandan los cánones. Allí me encontré con Alazne y familia que habían tenido la misma idea.

Yo, como soy de costumbres arraigadas, subí con mis acompañantes hasta la piedra dando un pequeño rodeo, y nos dispusimos a repasar la cruz tallada en la misma con la sangre de San Vitores. Como nadie lo había hecho, Víctor fue el primero de la temporada en marcar la cruz. Para hacer el completo rematamos el acto cantando la coplilla de "Le cortaron la cabeza, a San Vitores bendito, en un pueblo chiquitito, llamado Quintanilleja. 

El oficio de recoger moras es poco aunecido. Si están muy maduras se te espachurran y te ponen como un cirineo, si están rojas no valen, que si están altas y no llegas, en fin... Terminada la faena y después de limpiarnos un poco su escurridizo jugo, vuelta para el pueblo. Ya empezaba a apretar el sol así  que así que sin entretenerme mucho  me monté en la bici y, ayudado del ligero viento del  solano, volví al pueblo en un santiamén. Al final tuve ciertas dificultades para subir el puerto del Manzano, pero enseguida llegué a casa. Una ducha reparadora y a tomar unos vermus, que era fiesta grande.