Ana y David recién casados |
8 de julio de 2023
San Nicolás se viste de gala y luce florida y hermosa para recibir a los novios. Ana y David se disponen a darse el sí quiero en nuestra iglesia en presencia de familiares y amigos.
"Chiqui", abuelo de la novia, fiel a su deber de campanero, las hace resonar a las once y media justas para avisar a todo el pueblo que se acerca la hora. A los novios les reciben el Grupo de Danzas de Pradoluengo, pueblo del novio. Tras unos bailes de homenaje a los novios, estos, acompañados del padrino y la madrina entran a la iglesia. Delante del altar se colocan en los bancos junto a sus padres y da comienzo la ceremonia presidida por Raúl. En el coro, un grupo mixto de Cerezo y Cuzcurrita, acompañan con sus voces y guitarras el acto. La ceremonia es bastante participativa y no le falta de nada.
Los nuevos esposos salen y son recibidos con el tradicional lanzamiento arroz, pétalos de rosas y hacen el paseillo bajo los arcos del Grupo de Danzas. Son cerca de las dos y todos para abajo. A algunos les da tiempo a echarse un vino, pero enseguida tenemos que coger los coches para ir al hotel situado cerca de Logroño donde se iba a celebra la comida y posterior baile. Yo estaba invitado y, junto a otros diecisiete amigos habíamos alquilado un microbús. El viaje fue un poco accidentado ya que nada más pasar Grañón se estropeó el autobús y tuvimos que esperar casi una hora hasta que llegó uno de repuesto. Aunque llegamos un poco tarde pudimos disfrutar de la recepción, animada por un grupo de mariachis y degustar los estupendos y numerosos aperitivos que precedía a la comida. Después de un bonito video con imágenes de los nuevos esposos, pasamos al comedor. En algún país del norte de Europa ya estarían cenando, pero a nosotros nos tocaba la comida. Muy buena por cierto, aunque la mayoría tuvimos que buscar huecos por ahí para poder terminarla. Todo seguía su ritmo con alegría y buen ambiente, así que pasamos a la terraza donde una disco móvil empezó a animar al personal. La temperatura era excelente así que pudimos disfrutar a tope del baile. La noche avanzaba y entre cervezas, cubatas y unos bocaditos para que no nos fuésemos con hambre, nos dieron los doce y se acabó las fiesta. No para todos, nosotros volvimos sl pueblo en el autobús y los que quisieron, sobre todo los jóvenes, siguieron la fiesta en un bar de Logroño. Bien lo pasamos.
Muchas felicidades a los nuevos esposos, y a sus familiares.
San Nicolás se viste de gala y luce florida y hermosa para recibir a los novios. Ana y David se disponen a darse el sí quiero en nuestra iglesia en presencia de familiares y amigos.
"Chiqui", abuelo de la novia, fiel a su deber de campanero, las hace resonar a las once y media justas para avisar a todo el pueblo que se acerca la hora. A los novios les reciben el Grupo de Danzas de Pradoluengo, pueblo del novio. Tras unos bailes de homenaje a los novios, estos, acompañados del padrino y la madrina entran a la iglesia. Delante del altar se colocan en los bancos junto a sus padres y da comienzo la ceremonia presidida por Raúl. En el coro, un grupo mixto de Cerezo y Cuzcurrita, acompañan con sus voces y guitarras el acto. La ceremonia es bastante participativa y no le falta de nada.
Los nuevos esposos salen y son recibidos con el tradicional lanzamiento arroz, pétalos de rosas y hacen el paseillo bajo los arcos del Grupo de Danzas. Son cerca de las dos y todos para abajo. A algunos les da tiempo a echarse un vino, pero enseguida tenemos que coger los coches para ir al hotel situado cerca de Logroño donde se iba a celebra la comida y posterior baile. Yo estaba invitado y, junto a otros diecisiete amigos habíamos alquilado un microbús. El viaje fue un poco accidentado ya que nada más pasar Grañón se estropeó el autobús y tuvimos que esperar casi una hora hasta que llegó uno de repuesto. Aunque llegamos un poco tarde pudimos disfrutar de la recepción, animada por un grupo de mariachis y degustar los estupendos y numerosos aperitivos que precedía a la comida. Después de un bonito video con imágenes de los nuevos esposos, pasamos al comedor. En algún país del norte de Europa ya estarían cenando, pero a nosotros nos tocaba la comida. Muy buena por cierto, aunque la mayoría tuvimos que buscar huecos por ahí para poder terminarla. Todo seguía su ritmo con alegría y buen ambiente, así que pasamos a la terraza donde una disco móvil empezó a animar al personal. La temperatura era excelente así que pudimos disfrutar a tope del baile. La noche avanzaba y entre cervezas, cubatas y unos bocaditos para que no nos fuésemos con hambre, nos dieron los doce y se acabó las fiesta. No para todos, nosotros volvimos sl pueblo en el autobús y los que quisieron, sobre todo los jóvenes, siguieron la fiesta en un bar de Logroño. Bien lo pasamos.
Muchas felicidades a los nuevos esposos, y a sus familiares.
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