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| Monumento al Santísimo |
He llegado al pueblo por la mañana y después de deshacer las maletas he dado una vuelta por el pueblo donde se nota el aumento de coches y de gente que como yo hemos venido a pasar estas fechas en Cerezo. Las calles se llenan de coches y las persianas de muchas casa que se han pasado el invierno cerradas se abren para recibir con ganas la luz de sol.
Como me sobra tiempo antes de comer me voy donde mi madre ya allí me cho un par de vasitos de limonada y me como una torrija buenísima.
A las seis voy a la iglesia y como han cambiado la hora de los oficios tengo que esperar una hora, aunque o se me hace largo charlando con la gente y ensayando un poco.
El nuevo cura se retrasa un poco y comenzamos la misa a eso de las siete y diez. En la misa nos sorprende el oficiante con una voz estupenda y con una misa casi toda cantada. No falta el lavado de los pies a tres voluntarios y el sonido de la matraca.
La misa termina con el traslado del Santísimo bajo palio del sagrario del Altar Mayor al Monumento que le preparan todo los años en el Altar de la Inmaculada.
Como hace una buena tarde hay un excelente ambiente en la carretera. Da gusto ver el Frontón lleno de chiguillos. Yo me acerco al Ayuntamiento a probar la limonada que hacen todos los años. Ha sido el debut de Diego en estos menesteres, aunque asesorado por Pedrito. la verdad es que estaba buena, más floja que la de mi madre ya que ésta está hecha con clarete, pero estaba en su punto y estaba buenísima.
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| Calle del Cementerio llena de coches. |
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| La limonada de la Madalena con las torrijas y las rosquillas. |
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| Lavado de los pies |
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| Traslado del Santísimo bajo palio |
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| Vilda y Fede catando la limonada. |
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| Los concejales repartiendo la limonada |
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| Diego colando la limonada |
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| El pan a remojo para hacer torrijas. |
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