PROCESIÓN 2012

Nuestra PROCESIÓN con mayúscula merece una entrada aparte. Hasta los años 50 esta procesión se celebraba en la iglesia del Castillo, la de Villalba. Se hacía un recorrido por un camino que había por la cuesta, después de pasar por el Pocito del Niño Jesús y Las Tres Cruces salía al pecho del Rial, bajaba por Santa Agueda y otra vez a la iglesia a dejar las imágenes. Salía el "Ciomo" que es la única que se conserva con antigüedad, una Dolorosa y un Cristo Yacente antiguos.
Hacia el año 1954 se compró "El Paso", la nueva Dolorosa y el nuevo Cristo Yacente, y se hace más o menos el mismo recorrido que en la actualidad. Las imágenes eran acompañadas por chicos y chicas jóvenes que se vestían de ángeles, verónicas, romanos , nazarenos, samaritanas, lloronas e incluso no solía faltar alguno voluntario que hacía de Cristo penitente llevando la cruz.
Hace unos años a los imágenes nombradas anteriormente se unieron un pequeño Cristo en la cruz, y la preciosa talla del siglo XVI que tradicionalmente se la conocía como Virgen de la "O", y al rebautizarla como Virgen de la Soledad se ha convertido en una imagen fija en nuestras procesiones de Semana Santa.
Este año la lluvia nos dio un respiro y pudimos salir sin problemas. Al salir siempre Hay sus más y sus menos por si se deja alguna imagen para que el resto puedan ser bien atendidas, pero nuevamente ha salido todas, acompañados de niños y niñas vestidos de angelitos, romanos y nazarenos. Desde el año pasado se deja notar la presencia de la Banda de Tambores que con sus diferentes ritmos acompañan la procesión. Los bravos y bravas costaleros/as aguantan estoicamente el peso de sus imágenes y la comitiva avanza en su largo recorrido, ya que subimos por la Charrera. Los que últimamente no nos ganamos el sueldo somos los Cantores/as, ya que apenas intervenimos. Las tradicionales canciones que se desgranaban a los largo del recorrido y en la vueltas de la iglesia apenas tienen cabida.
Terminada la Procesión Don Resti dice unas cuantas palabras y termina el acto con el majestuoso canto de la Salve, interpretada por todos los presentes.