La fisonomía de nuestros campos va cambiando, el verdor de la primavera y del amarillo del verano es sustituido por el pardo de nuestras tierras recién pasadas el destripador, como no ha llovido aún, no se han podido meter los bravanes.
Las huertas están dando las últimas, el día se acorta, se ven garzas revoloteando por nuestro cielo, en fin todas esas cosas propias del otoño.
Estos fines de semana están siendo muy intensos, que si cocer tomate, que si asar pimientos.
Este fin de semana me ha tocado apalear nogalas. No ha sido un año muy voyante que digamos, parece que la seca ha afectado bastante a la cantidad y calidad de la nueces, y por lo menos las nuestras han dado pocas y malas.
Incluso en nuestro vecino Fresno, pueblo donde las nogalas abundan y suelen tener una abundante producción, parece que la piedra que les cayó en primavera las ha afectado mucho.
De todas maneras ya sabemos que tiene más el rico que empobrece que el pobre que enriquece, así que fuimos con mi cuñado a cogimos para pasar la temporada.
David, Santiago y Oscar cogiendo nueces |
Santiago cucando nueces |
Parva con nueces secándose |
El domingo tocó cucarlas, y es un oficio un tanto aburrido, tenemos que pasar una por una y encima hay que tener cuidado y ponerte guantes porque si no te dura la mancha en los dedos un mes por lo menos.
Pero después las ves todo limpitas y el trabajo ha merecido la pena.
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