Seguimos con la Semana Santa y por fin me han dado vacaciones.
JUEVES SANTO es día de celebraciones religiosas. Participamos en la Misa que conmera la Cena del Señor.
Basi nos prepara un escenario de los más significativo y empieza la Misa. En el lavado de pies parece que se despistó algún apóstol y solamente subieron nueve: tres mujeres y seis hombres. A la exministra Aido no le habría parecido bien por eso de la paridad de sexos, pero era lo que había.
Después se celebra el traslado del Santísimo bajo palio, desde el sagrario del Altar Mayor al Altar que le tenían preparado en el retablo de la Inmaculada y San Martín acompañado del cántico del Pangelingua.
Terminado el acto religioso, y con una tarde bastante apacible aunque auguraban lluvia, bajamos al Ayuntamiento donde Pedro nos tenía preparado una buena limonada. El gusto era bueno y estaba en su punto, quizás el clarete, vino del año, era un poco flojillo. Pero estaba buena. Me tomé un par de vasitos, que para eso paga el pueblo, y encima de ser gratis, hay que hacer aprecio para que continúe la tradición.
Y como todos los años, a saludar a familiares y conocidos. Sin ninguna duda es uno de los días del año que más gente visita el pueblo. La carretera y los bares presentaban un ambiente espléndido. Entre saludo y vinillos nos dieron las diez y pico, buena hora para ir a cenar y recoger.
Esto ya incluso lo he visto yo con mis propios ojos... pero aún estando en Cerezo, da gusto leerlo.
ResponderEliminarSaludos