Los labradores celebran a su patrón con mucha devoción. Parecía que había problemas con poder contar con el cura para la isas, pocos curas para muchos pueblos que celebran al santo labrador. Finalmente se arregló y la celebración se pudo llevar a cabo. La misa se celebró con normalidad y la procesión se acortó a la mínima expresión. Se le sacó a la calle del Cementerio, que es la que está justo al lado de la iglesia , se le asomó a la barandilla en dirección a los campos de la Arena y desde allí se hizo la bendición de los campos. Parecía que el santo iba a traer el agua pero quedó en amenaza y no cayó ni una gota. La Junta Agropecuaria, pensando que se iba a producir el milagro decidió hacer el aperitivo para los presentes en el interior de la iglesia. Los pinchos se comieron y las bebidas se bebieron, peero mojarse no se mojaron.
Después unos vermús y a comer cada uno a su casa.
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