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| Foto de familia. |
8, 9 y 10 de julio
El viernes a las ocho actuó un cantante en el Frontón y el sábado hubo una obra de teatro en el Gimnasio.
El domingo tocó la segunda marcha. A ésta sí que me apunté. Quedamos a las nueve menos cuarto para aprovechar la poca fresca que hacía y nos juntamos cerca de treinta personas, incluido el perro de Álvar. Después de la foto de familia en el arco del Frontón salimos pasando por encima del puente romano del río San García, Valdemoros, Segisamunculum, el repecho de la valla de la mina, las balsas, valla la mina hasta llegar al pecho de las Esperillas, cruzamos el San García por el puente de Pilabueyes enfrente de la yesera, subimos por el pinar den enfrente hasta llegar a lo alto del pecho de Rudera, carretera de la parcelaria en la llanada hasta llegar al Albergue, allí nos reagrupamos la mayoría, y de allí hasta el Castillo, cada vez más piedras y menos paredes en pie, y de aquí todo pecho abajo hasta la Chopera.
Unos doce kilómetros y medio en dos horas y pico, Eso la mayoría que íbamos relajados, hubo alguno que nos sacó un buen trecho ya que aprovecharon para hacer un poco deporte. Aunque hacía calor tiraba airecito y el paseo resultó muy agradable. Suculento fue el almuerzo que nos preparan Pauli y Beatriz. Tuvimos postre y todo ya que era el cumpleaños de Jorge el de la Amali y nos invitó a unos pastelillos, nosotros a cambio le cantamos el cumpleaños feliz.
El domingo tocó la segunda marcha. A ésta sí que me apunté. Quedamos a las nueve menos cuarto para aprovechar la poca fresca que hacía y nos juntamos cerca de treinta personas, incluido el perro de Álvar. Después de la foto de familia en el arco del Frontón salimos pasando por encima del puente romano del río San García, Valdemoros, Segisamunculum, el repecho de la valla de la mina, las balsas, valla la mina hasta llegar al pecho de las Esperillas, cruzamos el San García por el puente de Pilabueyes enfrente de la yesera, subimos por el pinar den enfrente hasta llegar a lo alto del pecho de Rudera, carretera de la parcelaria en la llanada hasta llegar al Albergue, allí nos reagrupamos la mayoría, y de allí hasta el Castillo, cada vez más piedras y menos paredes en pie, y de aquí todo pecho abajo hasta la Chopera.
Unos doce kilómetros y medio en dos horas y pico, Eso la mayoría que íbamos relajados, hubo alguno que nos sacó un buen trecho ya que aprovecharon para hacer un poco deporte. Aunque hacía calor tiraba airecito y el paseo resultó muy agradable. Suculento fue el almuerzo que nos preparan Pauli y Beatriz. Tuvimos postre y todo ya que era el cumpleaños de Jorge el de la Amali y nos invitó a unos pastelillos, nosotros a cambio le cantamos el cumpleaños feliz.
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