15 de diciembre de 2018
Sin mucha parafernalia, y como quien no quiere la cosa, las luces navideñas tomaron vida en la noche cerezana. Ya sabemos que a nuestro alcalde no le va mucho esas historias de las inauguraciones.
La estrella de los reyes brilla imponente desde la torre del reloj, arriba en el Castillo. La farolas de la carretera y de la calle del campo de fútbol vuelven a rodearse de luces de colores. Pero la gran novedad de este año ha sido el magnífico árbol de luces que nos han colocado en la Glorieta.
El domingo, los niños de la Escuela han adornado el pino que hay al lado del Ayuntamiento y, si a todo esto añadimos los adornos de las casas particulares, vamos a tener el pueblo de lo más bonito.
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