Ramo de laurel con sus rosquillas y chucherías varias. |
9 de abril de 2017
En una espléndida mañana, y a una hora muy tempranera, celebramos la procesión y misa del Domingo de Ramos. Ya apenas se ven niños con esos bonitos y adornados ramos, aunque alguno sí que había. El recorrido de la procesión fue el de los días que hay prisa, así que enseguida volvimos a la iglesia. Para las doce y poco ya habíamos terminado todo, así que a casa que era pronto para ir a tomar el vermú. A la hora conveniente salimos a los bares a lucir las prendas que habíamos estrenado. Como reza el dicho: "Domingo de ramos, el que no estrena no saca mano".
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