Foto de Carmina en su etapa de escolana |
Pero también dice la misma canción que va dejando una huella que no se puede olvidar. Y tiene mucha razón. Tu huella queda en los recuerdos de las vivencias que hemos pasado juntos. Recuerdos frescos que están bien presentes. Aquellas mejicanas que cantábamos con los amigos en las fiestas de San Vitores, los vinillos en los bares de la Avenida, los paseos a orillas del Tirón, las tertulias en la Calleja y en los últimos años, los ratos tan buenos que pasamos en Santo Domingo con la Rondalla Calceatense.
Tras la tristeza del momento del adiós, nos quedamos con los buenos momentos vividos juntos.
Como decimos en nuestro pueblo: querida Carmina, hasta otra.
Carmina con sus compañeros de la Rondalla en una actuación en Cerezo |
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