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| Hacía tiempo que no veíamos las pistas con sus charcos de rigor. |
5 de noviembre de 2016
Después de más de cuatro meses sin llover, lo que se dice llover, por fin llegó la preciada agua. Tan necesitados estábamos que hasta se ha convertido en noticia. Y lo buenos es que los cuarenta litros han caído bien repartidos lo cual es de agradecer.
A la vez que la lluvia nos ha llegado el frío, ya que hemos tenido un otoño que más parecía verano, pero aunque tarde, todo llega.
El sábado se pasó todo el día lloviendo y el domingo aunque solo llovió un zarponazo a eso de las dos, hacía bastante frío.
Yo lo noté bien ya que estuve de visita guiada. Había quedado con un grupo de Burgos a eso de la doce y media y no tuvimos el mejor día para ver el pueblo. Hicimos una visita rápida y después de llegar a la Plaza bajamos a la iglesia. Allí estuvimos un rato hasta que bajamos a los bares a calentarnos. poco después los excursionistas se fueron a comer, ya que habían quedado en la Italiana.
Los labradores aprovecharon para enganchar sus aperos y todos a arar o a pasar los destripadores y otros aperos similares, Qué no tenían ganas, ya que al no llover, las faenas se han retrasado mucho.
